la Compagnie Juliette Louste
El núcleo de la compañía está formado por Juliette Louste, bailarina y coreógrafa, Toni Vaquer, pianista y compositor, Abel Vernet, dramaturgo, y Victor Perralta, escenógrafo.
El colectivo al completo comprende una decena de bailarines, una decena de músicos, artistas plásticos, artistas audiovisuales, fotógrafos, directores, realizadores…
Llegados de horizontes geográficos, culturales y artísticos diferentes, el grupo se caracteriza por una gran heterogeneidad animada por esta idea en común de compartir, los lenguajes, los puntos de vista, los valores y los talentos de cada uno. Tanto la energía y el dinamismo de la compañía, como su estética, su riqueza y su cualidad artística nacen gracias a la fusión de personalidades y del arte de sus diferentes miembros, a sus recorridos tan diversificados que variados, todos llenos de talento, ambición y determinación a pesar o en virtud de su juventud.
Desafiando las reglas establecidas para recrearlas de manera diferente, expresando las estructuras de la música como ensamblaje de notas, ritmos, armonías y melodías, en relación con las de la danza como combinaciones de movimiento y desplazamiento del cuerpo en el espacio, su trabajo se concibe como un juego de construcción de universos visuales alimentados por la vibración de la música y la organicidad de la danza contemporánea.
A partir de un tema concreto, una imagen, un concepto, una historia, cada pieza, cada creación y cada proyecto se desarrolla alrededor de la curiosidad, del saber, de las particularidades y de las preocupaciones de cada uno de sus miembros. Cada creación abre un mundo, visual y auditivo, dotado de un lenguaje en perpetua evolución, alimentándose del frescor y la espontaneidad tanto de la improvisación como de la armonía y la fuerza de los temas escritos poniendo en dialéctica música y danza.
El objetivo del grupo es el de hacer viajar al público, sea cual sea su origen. Que el trabajo sea tanto de transmisión pedagógica como de creación artística, sin pretensión explicativa o ilustrativa; el juego se presta a una multitud de lecturas. Cada uno está invitado a hacer su propia interpretación y traducción del mundo que le es presentado creado por o delante de el.
La estética obtenida es a la vez original y conocida, poética y efímera, instantánea y atemporal, singular y universal.